David Le Breton en su libro nos trata de
mostrar una perspectiva antropológica y sociológica del cuerpo.
Existe varios estudios sobre sociedades,
uno de ellos es el de la sociedad canaca, en estas sociedad la concepción del
cuerpo es totalmente diferente a la sociedades occidentales y modernas. Esta
cultura toma al cuerpo como reino vegetal. El mismo cuerpo esta entrelazado con
el universo, los frutos, las plantas. Es por eso que la división puede
realizarse solo por medio de los conceptos occidentales, en estas sociedades el
cuerpo es un elemento aislable del hombre. El cuerpo funciona como un límite
fronterizo que delimita, ante los otros, la presencia del sujeto. Aparece una
palabra muy relevante en las sociedades modernas que es el factor de
individualización, donde el nuevo sentimiento de ser un individuo, de ser el
mismo, antes de ser miembro de una comunidad, el cuerpo se convierte en la
frontera que divide a un hombre del otro.
“La estructuración individualista progresa
lentamente en el universo de las prácticas y de las mentalidades del
renacimiento. Limitando en primer término, y por siglos, a ciertas capas
sociales privilegiadas, a ciertas zonas geográficas, especialmente a las
ciudades, el retroceso y luego el abandono de la visión teológica de la
naturaleza lo conduce a considerar al mundo que lo rodea como una forma pura.
Que solo la mano del hombre, a partir de este momento puede moldear.” David Le
Breton
Con el nacimiento de la modernidad nace un
poder exactamente inverso al poder feudal, un poder cuyo dispositivo Foucault
encuentra emblemáticamente sintetizado en la arquitectura del panóptico. Este
dispositivo de vigilancia se expande rápidamente por la sociedad del siglo XIX
hasta convertirse en un principio de funcionamiento, donde las fábricas, las
escuelas, los hospitales, el ejército, la iglesia y por supuesto la prisión lo
adoptan con un doble resultado : por un lado, la capacidad de controlar y
disciplinar los cuerpos, por el otro la seguridad de que esos hombres sobran
como se hace para obedecer a las reglas, pues son similares en todas las
instituciones y gemelas a las que se le inculcaron desde el primero dispositivo
disciplinario que en enfrenta en su vida, la escuela.
Este es el cuerpo moderno que produce
occidente en la modernidad. Es el cuerpo docilizado, el cuerpo disciplinado
plantea Margarita Martínez.
El cuerpo tensado como expresa el título
del capítulo trata de entender lo que se refiere a examen en sentido amplio, un
examen no es solo la situación de evaluación que permite pasar al siguiente
rango, sino también el acto de someterse a la mirada del especialista: Por
ejemplo, el examen médico. El examen lleva a sí mismo un mecanismo que
ejercicio de poder y formación de saber, puesto que hace entrar a la
individualidad en el campo documental. Esto describe el cuerpo tensando.
Silvia Citro explica el cuerpo máquina, una
herramienta separada del ser, escindido de muchos de sus saberes prácticos que
ya no serán requeridos.
Otro autor para comprender la genealogía de
las prácticas y las representaciones del cuerpo en la modernidad es el
sociólogo alemán Norbert Elías. Expuso su trabajo sobre formación de la
“civilización occidental”. Es un proyecto genealógico dedicado a constatar el
carácter construido de aquello que la sociedad occidental de la época considera
normal y natural, incluida la misma noción de individuo y las formas de
representar y usar los cuerpos, y en ese proceso ambos también advierten las
nuevas formas en que comienza a operar el poder y el saber en las sociedades
burguesas.
Para sintetizar lo que plantea Silvia
Citro, es sostener que la aparente ausencia u olvido de la corporalidad en la
modernidad es resultado de un complejo proceso que abarca múltiples
genealogías: desde el pensamiento griego hasta las transformaciones en el
cristianismo y el desarrollo de las filosofías racionalistas como fundamento de
la practicas científicas, la expansión y la consolidación del capitalismo junto con el ascenso de la
burguesía como clase dominante
